América Latina y el Caribe: Una Alarma Regional
América Latina y el Caribe se destacan por tener algunas de las tasas de homicidio más altas del mundo, con una marcada prevalencia del uso de armas de fuego. Mientras que a nivel mundial casi el 50% de los homicidios se cometen con armas de fuego, en las Américas esta cifra se eleva a cerca del 75%. Esto demuestra que la violencia armada no solo es un problema global, sino que tiene un impacto desproporcionado en nuestra región.
La violencia armada tiene impactos diversos en las sociedades y en las personas a distintos niveles. A nivel personal, aparte de la pérdida de vidas por homicidios o suicidios, genera lesiones, discapacidad y trauma psicosocial. En sociedades con altas tasas de violencia armada reina el miedo y se ven restringidos derechos humanos básicos como la libertad de movimiento.
El Caso de Costa Rica: Un Aumento Alarmante de la Violencia Letal
Históricamente conocido por su paz, Costa Rica enfrenta actualmente una epidemia de violencia armada, con una tasa de homicidios que supera el umbral de las 10 muertes por cada 100,000 habitantes. La década de 2014 a 2024 ha sido la más violenta para el país, con un aumento del 84.1% en los homicidios dolosos. En 2024, el país registró una tasa de 16.6 homicidios por cada 100,000 habitantes, el segundo año más violento de su historia.

Este aumento se debe, en gran medida, a la proliferación de armas de fuego y la actividad de grupos de crimen organizado, especialmente en zonas costeras como Puntarenas y Limón, que son clave para el narcotráfico. El 70.5% de los homicidios en 2024 fueron por “ajustes de cuentas”, lo que subraya la influencia del crimen organizado.
La proliferación y el fácil acceso a las armas de fuego es parte inherente a las tasas de violencia, especialmente la alta disponibilidad de armas pequeñas y ligeras.En el 2024, de los 878 homicidios cometidos, el 77,8% fueron cometidos usando armas de fuego. Este patrón se repitió año con año durante la última década, donde el porcentaje de homicidios cometidos con armas de fuego varía entre 66,4% para el 2016, y 88,69% para el 2023.

Además, la violencia se ha vuelto más compleja y visible, con un aumento significativo de los homicidios múltiples y las víctimas colaterales. Desde 2017 al 2024 los homicidios múltiples se multiplicaron más del doble, con un aumento también de los homicidios triples y cuádruples.

En este mismo periodo, el número de víctimas colaterales en el último año (2024) fue 13 veces superior al del año con la menor cantidad registrada (2019). Esto sugiere que los grupos criminales ya no operan en la sombra, sino que buscan sembrar miedo y exhibir su poder públicamente.
