Hoy, 25 de noviembre, conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una jornada dedicada a visibilizar y condenar una de las violaciones de derechos humanos más prevalentes y devastadoras del mundo: la violencia contra mujeres, jóvenes y niñas.
Esta violencia, que tiene graves consecuencias para la salud, la vida y el desarrollo de toda la sociedad, se origina en el profundo desequilibrio de poder, la desigualdad y la discriminación histórica entre géneros. Es un fenómeno que abarca desde la violencia sexual y la trata de personas, hasta prácticas nocivas como el matrimonio infantil, y se exacerba en contextos de crisis interrelacionadas, como conflictos o la crisis económica.
EL FEMINICIDIO: LA EXPRESIÓN MÁS EXTREMA DE LA DESIGUALDAD
La consecuencia final y más letal de estas formas de violencia arraigadas es el feminicidio (u homicidio por razón de género), un crimen que nace de normas y estereotipos que ven a las mujeres como inferiores y de las relaciones de poder desiguales en la sociedad.
A nivel mundial, la situación es alarmante:
- Aproximadamente 51,100 mujeres y niñas fueron asesinadas por sus parejas o familiares en 2023 (UNODC & UN Women, 2024).
- En América Latina, la realidad no es menos sombría: al menos 3.897 mujeres fueron víctimas de femicidio o feminicidio en 27 países durante 2023, un promedio de 11 mujeres asesinadas al día por razones de género (CEPAL, 2024).
EL HOGAR: UN ESPACIO DE RIESGO
Paradójicamente, el hogar es el lugar más peligroso para mujeres y niñas, concentrando el mayor riesgo de ser asesinadas. Más de cinco mujeres y niñas son asesinadas cada hora por alguien de su propia familia (UN Women, 2024). En América, la mayoría (58%) de los asesinatos intencionales de mujeres en el ámbito privado son cometidos por sus parejas (UNODC & UN Women, 2024).
La Realidad en Costa Rica
Los datos de Costa Rica reflejan esta misma vulnerabilidad en los espacios de confianza:
- 209 mujeres han sido víctimas de femicidios entre 2017 y 2024, siendo 2023 el año más violento con 32 víctimas.
- Los femicidios ocurridos entre 2017 y 2024 se concentraron mayoritariamente en casas de habitación, lo que subraya que los espacios donde las mujeres deberían sentirse seguras son aquellos donde se encuentran más vulnerables.
- Los feminicidas fueron, en la gran mayoría de los casos, las exparejas y parejas sentimentales de las víctimas, un patrón que evidencia la persistencia de la violencia más allá de la ruptura de la relación.
CONSECUENCIAS COLATERALES Y RIESGO AGRAVADO POR ARMAS
El feminicidio no solo destruye la vida de la víctima directa, sino que impacta profundamente a su círculo, especialmente a sus dependientes. Un hecho desolador es que el 61.3% de las víctimas de femicidio en 2024 compartían hijos con sus agresores.
Además, el acceso a armas de fuego exacerba la letalidad de la violencia. En 2024, casi la mitad de los femicidios (40%) fueron cometidos con armas de fuego. La presencia de un arma reduce drásticamente las posibilidades de escape de una víctima y aumenta la letalidad de los actos de violencia, incluso cuando son de posesión legal.
NOS UNIMOS A LOS 16 DÍAS DE ACTIVISMO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
En este 25N, la Fundación Arias reitera su compromiso con la prevención, sanción y erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres. Es urgente que la sociedad, las instituciones y los individuos reconozcan la raíz de la desigualdad y actúen para construir un mundo donde todas las mujeres y niñas puedan vivir libres de miedo y violencia.
Nos unimos a la campaña global 16 Días de Activismo contra la Violencia Basada En Género, una iniciativa de la sociedad civil que, desde 1991, se realiza del 25 de noviembre al 10 de diciembre para visibilizar que la violencia contra las mujeres es la violación de derechos humanos más extendida en el mundo. Como parte de nuestro compromiso, hemos enviado un lazo naranja a comunicadores, líderes de opinión y figuras destacadas de la vida nacional, invitándoles a portarlo como símbolo visible de solidaridad y rechazo a la violencia de género en todas sus manifestaciones.
“Al portar este lazo decimos juntos que ninguna forma de violencia —física, simbólica o digital— tiene cabida en una sociedad democrática. Es un gesto sencillo, pero con un mensaje poderoso: no más violencia contra mujeres y niñas” – Suzanne Fischel (Directora de la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano)

